Destino manifiesto
El Desplazamiento del indio americano durante la expansión de Estados Unidos
Una conversación con R. David Edmunds
Universidad de Texas en Dallas
Smithsonian American Art Museum,
Regalo de Misses Henry
Existe una interesante pintura simbólica del Destino Manifiesto que muestra a "Columbia", el gran ángel o mujer estadounidense, flotando sobre las planicies. Adelante de ella, en el oeste, se ve una gran oscuridad poblada por animales salvajes. Hay osos, lobos e indios americanos, todos ellos huyendo de su luz. Detrás se observan granjas, aldeas y haciendas, y en el fondo aparecen ciudades y ferrocarriles. A medida que la figura avanza por el país, la luz de la civilización disipa la oscuridad de la ignorancia y la barbarie.
En esta pintura, los indios americanos aparecen junto con los animales en la oscuridad. Deben ser removidos antes de que Columbia pueda aportar la prosperidad prometida a Estados Unidos. Es una representación interesante y, en mi opinión, muy simbólica del pensamiento de muchos estadounidenses de mediados del siglo XIX.
Otro símbolo interesante del Destino Manifiesto muestra un tren que parte del este, oleadas de humo saliéndole de la caldera. Se desplaza hacia el oeste, llevando consigo el progreso tecnológico al yermo. Los estadounidenses del siglo XIX, y desde entonces, han equiparado la civilización con el desarrollo tecnológico, sin que importe su costo, particularmente en términos del espíritu o la moralidad.
Desde su punto de vista, ¿cómo justificó Estados Unidos sus esfuerzos de expansión?
La guerra entre Estados Unidos y México y la toma de las tierras en el sudoeste fueron muy difíciles para Estados Unidos. Se racionalizó en términos de que aportaría instituciones anglosajonas a un área que no estaba provista de este tipo de progreso.
La expansión y el consecuente desplazamiento de los indios creó problemas fenomenales para la nueva nación estadounidense en términos de su carácter moral. ¿Cómo podía este experimento singular en el nuevo mundo—esta nación que se enorgullecía de sus instituciones democráticas—forzar a los indios americanos a desplazarse hacia el oeste? ¿Cómo se racionaliza la posesión de las tierras y la usurpación de la propiedad?
El argumento utilizado era: "Debe hacerse esto para salvar a estos pobres indios. No encajan en el este, así que debemos moverlos más allá de la frontera, donde puedan hacer su vida sin molestias. Es la única forma posible de salvarlos".
La hipocresía en esto es evidente, porque muchos de los pueblos que fueron desplazados, aunque no todos, eran pueblos muy sofisticados y relativamente civilizados. Por ejemplo, el alfabetismo en la nación Cherokee era, hasta la época de la Guerra Civil, superior al de los blancos en el sur, y aún así la tribu fue trasladada hacia el oeste como un pueblo incivilizado, con el fin de que sus tierras estuvieran disponibles para la expansión estadounidense.
Muchas de las tribus en el sudoeste eran de agricultores muy civilizados y de gran éxito, y aún así las trasladaron a Oklahoma. En Indiana, Illinois y Michigan, los pueblos indios americanos, que eran muy activos en el comercio, trilingües y muy buenos empresarios, fueron forzados a trasladarse a las planicies de Kansas. Muchas de las personas que fueron al oeste se convirtieron en indios americanos pioneros. Transformaron el oeste porque sus culturas habían sido transformadas en el este, al punto que ellos mismos llevaron muchos principios de la "civilización" estadounidense al oeste. Sin duda tuvo un impacto en el oeste. Sin embargo, esta gente forzó a muchas de las tribus indígenas de la región a ir más hacia el oeste y el sur, contra la frontera mexicana, lo cual creó problemas para los oficiales en México.
La guerra entre Estados Unidos y México fue sólo una de una serie de expansiones estadounidenses. Uno de los legados de la guerra fue la continua expansión durante la última parte del siglo XIX. Para fines del siglo, nos expandimos de una costa a la otra. También nos expandimos a Asia, donde tomamos las Islas Filipinas en la Guerra Hispanoamericana. Nos convertimos en una potencia colonial en Asia y en el Caribe, aunque no reclamamos derechos ni ocupamos islas allí, con la excepción de Puerto Rico. Si bien no ocupamos Centro América, sí ejercimos un control político y económico fenomenal en esa región.
Al expandirse, Estados Unidos no fue ni mejor ni peor que la mayoría de los demás países europeos que estaban presentes en el Atlántico Norte durante esa época. Eramos parte de una comunidad de países—potencias económicas—que hacía esto. Es parte de nuestra herencia.