Destino manifiesto
Estados Unidos y el Destino Manifiesto
Jamás ha existido una nación que no tuviera un sentido de destino o propósito nacional.
El Destino Manifiesto—una frase utilizada por los líderes y políticos en la década de 1840 para explicar la expansión continental de Estados Unidos—revitalizó el sentido de "misión" o de destino nacional para los estadounidenses.
La gente de Estados Unidos sentía que su misión era la de inculcar en los demás las "fronteras de la libertad", impartiendo su idealismo y su fe en las instituciones democráticas a aquéllos que eran capaces de gobernarse a sí mismos. Esto excluía a la gente que era percibida como incapaz del gobierno autónomo, como los indios americanos y aquéllos que no eran de origen europeo.
Pero hubo otras fuerzas y planes políticos que también ejercieron su influencia. A medida que crecía la población de las 13 colonias originales y se desarrollaba la economía estadounidense, también aumentaban el deseo y los intentos de expansión hacia nuevas tierras. Para muchos colonos, las tierras representaban ingresos, riqueza, autosuficiencia y libertad potenciales. La expansión hacia las fronteras occidentales les ofrecía oportunidades para avanzar.
Para comprender el Destino Manifiesto, es importante entender la necesidad y el deseo de expansión de Estados Unidos. Los puntos que siguen ilustran algunas de las presiones económicas, sociales y políticas que promovieron la expansión estadounidense:
- Estados Unidos experimentaba un alto índice de natalidad y aumentos periódicos en la población debido a la inmigración. Además, como la agricultura proporcionaba la principal estructura económica, las familias grandes que podían trabajar en las granjas eran consideradas como algo muy valioso. La población estadounidense, que superaba los cinco millones en 1800, creció a más de 23 millones para mediados del siglo. Por lo tanto, existía la necesidad de expandirse a nuevos territorios para dar acomodo a este crecimiento tan rápido. Se estima que casi cuatro millones de estadounidenses se trasladaron a los territorios occidentales entre 1820 y 1850.
- Estados Unidos sufrió dos depresiones económicas: una en 1818 y la segunda en 1839. Estas crisis causaron a que algunos buscaran una nueva vida en las áreas fronterizas.
- El terreno fronterizo era barato y, en ciertos casos, gratis.
- La expansión a las áreas fronterizas abrió oportunidades para nuevas relaciones comerciales y para el desarrollo individual.
- La posesión de terreno se asociaba con la riqueza y estaba vinculada con la autosuficiencia, el poder político y el "autogobierno" independiente.
- Los mercaderes marítimos vieron la oportunidad de expandir y promover nuevas relaciones comerciales al construir en la costa occidental puertos que llevaron a un mayor comercio con los países del Pacífico.
El sueño de México: La Nueva España
Mientras que Estados Unidos ponía en marcha la búsqueda de su Destino Manifiesto, México enfrentaba circunstancias muy diferentes como incipiente país independiente.
México logró su independencia de España en 1821, pero sufrió terriblemente con esa lucha. La guerra causó enormes cargas económicas, y la recuperación fue difícil. Los primeros intentos de la nación en ciernes para crear un nuevo gobierno incluyeron colocar al país bajo la autoridad de un emperador. En 1824, la monarquía fue derrocada y se formó una república constitucional. Pero las luchas internas entre las diferentes facciones políticas—como los partidos centralistas, federalistas, monarquistas y republicanos—agotaron aún más la energía y los recursos del país. La existencia de estas facciones políticas provocó nuevas luchas al intentar cada una asegurar el poder.
México ganó vastos territorios en el norte con su independencia de España. Estas tierras fronterizas tenían una población muy escasa, así que en medio de sus luchas políticas internas y sus déficits económicos, México también tenía el reto de colonizar esos territorios y defender sus fronteras.
La protección y colonización de los territorios norteños mexicanos resultaron ser algo casi imposible para este tambaleante país:
- Había menos gente para poblar las tierras fronterizas. Casi el 10 por ciento de la población masculina de México pereció durante la guerra, y el índice de natalidad declinó.
- La guerra constante contra los indios desanimaba a la gente que potencialmente se hubiera trasladado a estas áreas para colonizarlas.
- Debido al sistema económico mexicano, existían menos oportunidades para el desarrollo individual en las regiones fronterizas, y la gente tenía menos motivación para reubicarse. La colonización era algo que se impulsaba como parte de la agenda gubernamental.
- El sistema militar nacional era incapaz de proporcionar apoyo para resguardar las vastas fronteras del país.
- La Iglesia católica, tanto como el establecimiento militar de México—principales guardianes de las tradiciones nacionales—eran incapaces de ejercer autoridad en las áreas fronterizas. Las comunidades de la frontera eran pobres, en su mayoría, y no podían sostener las instituciones complejas que el gobierno central intentó establecer. Las comunicaciones necesarias para unir las regiones eran lentas y poco fiables.
- La sociedad fronteriza era más informal, democrática, independiente e igualitaria que el núcleo de la sociedad mexicana. Por lo tanto, dicha sociedad a menudo estaba de punta con el gobierno central, el cual imponía restricciones que afectaban su economía.