Llamado a las Armas
El ejército estadounidense
Por Richard Bruce Winders
Historiador y conservador, El Alamo
Durante el siglo XIX, Estados Unidos tenía dos ejércitos. El primero, un ejército permanente comúnmente conocido como Ejército de EUA, había sido autorizado por el Congreso en 1789. Designado como el ejército regular, este cuerpo estaba formado por oficiales comisionados por el Congreso y soldados de tropa que se habían alistado por un periodo de cinco años. En 1792, el Congreso creó un segundo ejército con la función de ser auxiliar del regular, llamado "la milicia". Una diferencia principal entre el ejército regular y el de la milicia era que el primero era un cuerpo nacional, mientras que el segundo se refería a los ejércitos de varios estados.
El Congreso estipuló tres casos en los que la milicia podría ser llamada al servicio federal: para ejecutar las leyes de los Estados Unidos, para suprimir insurrecciones y para repeler invasiones. Este arreglo de dos facetas formó la base del establecimiento militar estadounidense durante la guerra contra México.
El Ejército de Estados Unidos no estaba preparado para la guerra. Mientras que el Congreso había autorizado un cuerpo de 8,613 hombres y oficiales, el número real de soldados en uniforme era menos de 5,500. Muchos de los comandantes del regimiento se habían alistado al servicio antes de la Guerra de 1812 y estaban demasiado mayores y enfermos para el servicio activo. Las compañías estaban muy por abajo de su fuerza autorizada de 42 soldados rasos, muchas de las cuales sólo llenaban la mitad de sus listas. En reacción al pobre estado del ejército una vez comenzada la guerra, el Congreso incrementó a cien el número de soldados rasos dentro de sus compañías individuales. También creó una compañía de Ingenieros de EUA, así como un nuevo regimiento de Rifles Montados de EUA. Estas medidas resultaron cuando mucho en improvisaciones temporales.
La presencia de un gran número de graduados de la Academia Militar de Estados Unidos estuvo a favor del Ejército de EUA. Estos oficiales, en su mayoría tenientes y capitanes, formaron un unido cuerpo cuya habilidad de liderazgo y capacitación ayudó a compensar la escasez inicial de soldados. Los historiadores señalan que entre sus filas se incluyeron hombres como George G. Made, Ulysses S. Grant, George B. McClellan, P. G. T. Beauregard, Braxton Bragg, Joseph E. Johnston y Robert E. Lee, oficiales que posteriormente llegaron a comandar grandes ejércitos de la Guerra Civil.
Para el momento en que la guerra contra México había pasado por revisiones substanciales, el sistema de la milicia ya había mostrado que era de poco fiar. En la Guerra de 1812 se dieron dos problemas que pusieron sus fallas en evidencia. Primero, muchos estados prohibieron que sus tropas participaran en operaciones militares en tierras extranjeras. Segundo, por ley, un hombre de la milicia sólo podía servir por un periodo de noventa días, lo cual significaba que el reclutamiento, la capacitación y la formación de tropas ocupaban la mayor parte del tiempo de la unidad, quedando muy poco tiempo para luchar. Como solución a este problema, el Congreso creó una subclase de milicia llamada "voluntarios" que no estaba confinada a estas dos restricciones. El 13 de mayo de 1846, el Congreso autorizó al presidente Polk para que reclutara 50,000 voluntarios para doce meses.
Aunque ambos eran parte del Ejército de EUA, los regulares y los voluntarios eran notablemente diferentes. Los observadores veían muy poca interacción entre los oficiales y los soldados, ocupando cada cual un puesto claramente definido dentro del establecimiento militar. La mayoría de los estadounidenses evitaban alistarse con los regulares, lo cual garantizaba que un alto porcentaje de soldados, cabos y sargentos fueran extranjeros. La combinación de oficiales aristocráticos y extranjeros "contratados", causó que muchos estadounidenses desconfiaran de los regulares. Después de todo, ¿qué ciudadano estadounidense se conformaría con $7 mensuales como un soldado raso del ejército a menos que estuviera obligado por circunstancias extremas? Por otro lado, el voluntario parecía ajustarse mejor al espíritu de la joven república porque él era un soldado ciudadano. La política entraba en el sistema, ya que la mayoría elegía sus propios oficiales.
Las unidades de voluntarios eran reclutadas localmente, lo cual permitía que amigos, vecinos y parientes sirvieran juntos. Aunque nominalmente respondían a la autoridad federal, los voluntarios mantenían fuertes vínculos con sus estados de origen. La naturaleza democrática de los voluntarios significaba que la disciplina en este cuerpo era menos extricta que en el de los regulares.
Conforme avanzaba la guerra se fueron necesitando más tropas. En noviembre de 1846, una vez que se dio cuenta que la mayoría de los hombres de un año se irían al vencimiento de su término, el Congreso hizo otro llamado para reclutar voluntarios. Esta segunda ola de voluntarios se alistó para la duración de la guerra. El 11 de febrero de 1847, el Congreso creó diez regimientos adicionales de regulares para servir durante el periodo de la guerra. En algún momento de la guerra contra México sirvieron, en total, 26,922 regulares y 73,260 voluntarios.
Los elementos del combate eran los mismos para regulares y voluntarios. La mayoría de las tropas fueron reclutadas y capacitadas como infantería, y armadas con mosquetes de chispa. Los regulares mantuvieron dos regimientos de caballería ligera llamados "dragones", creando para la guerra un tercero. Fueron reclutados varios voluntarios para servir principalmente como regimientos en monturas en el Ejército de Ocupación de Taylor y en el Ejército Occidental de Kearny. La artillería formó el tercer ramo del servicio. Poco antes del comienzo de la guerra, el ejército equipó varias compañías como "artillería de vuelo" en las que cada cañonero tenía su propia montura. Esta innovación significaba que la unidad podría galopar por el campo de batalla, llevando sus armas adónde fuera que más se necesitaran. Este estilo de artillería fue instrumental en varias victorias de Estados Unidos.
Los lectores que gustan de la historia militar encontrarán muy interesantes las batallas y los líderes de la guerra contra México. Además, los militares estadounidenses son fascinantes porque revelan mucho de la sociedad en la época de Jackson. A quienes deseen aprender más sobre el Ejército de Estados Unidos durante la guerra contra México se les recomiendan varias obras. La disertación de 1953 del doctor en filosofía John Porter de la Universidad de Emory, "With the American Army in Mexico, 1846-1848," sigue siendo un sobresaliente estudio del soldado estadounidense en México. Más accesible para la mayoría de los lectores será el título "Army of Manifest Destiny: The American Soldier in the Mexican War, 1846-1848" de James M. McCaffrey. Un trabajo más reciente que examina el ejército es "Mr. Polk’s Army: The American Military Experience in the Mexican War" de Richard Bruce Winders. También se recomiendan los muchos volúmenes de cartas y diarios publicados que describen la guerra con un tono más personal, dando al lector el "punto de vista del soldado" sobre la guerra.